sábado, 5 de noviembre de 2011

PRÁCTICA Nº 7 Mal de escuela.

Esta práctica ha sido una de las más ricas en cuanto a expresión artística y experiencias enriquecedoras se refiere.
Se trataba de compartir con el resto de la clase, alguno de los fragmentos del libro que nos recomendó nuestro profesor.(Mal de escuela de Daniel Pennac.)
Algunas de las representaciones y formas de expresión que mis compañeros han realizado y que me han llamado especialmente la atención han sido:
-Uno, en el que realizaban un teatro acerca de una fábula sobre las golondrinas, en la cual se representaba con marionetas la forma en la que ellos imaginaban dicha escena.
-Otros, han realizado, representaciones de la historia de Maximilien de diversas maneras todas ellas distintas, sobre como les gustaría que hubiese sido para ellos o las distintas consecuencias que podría haber tenido para el protagonista del libro.

Mi grupo y yo hemos realizado una poesía sobre el mismo relato, pero hemos querido hacerlo en verso para persuadir al grupo y contarles lo que imaginamos que pudo sentir el autor tras darse cuenta de la manera en que había actuado con aquel zoquete.


ENTRE RECUERDOS

¿Qué ven tus ojos cansados y tristes, hombre de a pie
que caminas sobre tus recuerdos?

¿No ven quizá un reflejo de hace mucho tiempo?

¿Qué ves, amigo, que no insistes ante ti mismo?
Amarga figura recuerdan tus pensamientos...

¿ A caso olvidaste tu pasado en el tiempo?

¿Qué ves en tus pasos, largos muy largos, que no ves
tras el espejo de su rostro cansado?

El mundo lo humilla, su rostro te miente, se siente perdido
¡recuerda hombre! ¿Qué sentiste tu de niño?

¿Olvidamos ya todo aquello que fuimos?:

¡Valientes ante todo, valientes ante el cielo!
Nada nos importa y nada tiene sentido.

El mundo no es nosotros, estamos divididos,
somos el zoquete del que sólo se acuerda el olvido.

El mundo lo humilla, su rostro te engaña, se siente dolido.
Las apariencias externas no suelen ser de buen juicio.

Y tras pasar de largo, hombre viejo, hombre cansado,
señalas su rostro y lo llevas contigo.

¿Zoquetes...? Algunos. Zoquetes...? Ninguno.
ávidos de esperanza, ávidos de imagen y semejanza

No querer perderse en la tierra, no querer ser tragados por ella.
Sin intento no hay logro, y sin logro, hay niebla.

Busca él su ayuda, y el otro, la deniega.

Viejo, cansado, recuerda. Desea señalar aquel rostro,
desea... pero ya es tarde y no se lo lleva.

Sus sueños han querido ayudarlo, sin embargo
tarde es el día en que decide pensarlo.

Aun así...

Su vida se apaga feliz en sus logros, gorrión de luz que encontró el camino.
Feliz día de ocaso en el que ha vuelto a ser niño.

Tengo que reconocer que en un principio la lectura de este libro me pareció una perdida de tiempo pero tras realizar esta práctica en clase y comentar el contenido del libro con el resto de mis compañeros, he cambiado de parecer, y me he dado cuenta de que lo que yo consideraba como paja tenía su sentido, y al igual que Pennac, soy un zoquete más, que ha madurado su forma de pensar gracias a sus experiencias revividas en mis pensamientos.

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